Eugenio Amézquita Velasco
Este sábado 9 de febrero, la ciudad de Salvatierra cumple 375 años de haber sido fundada.
SALVATIERRA, GTO.- Hace 375 años exactamente, la ciudad de Salvatierra era erigida como ciudad por el 19o. Virrey de la Nueva España. El maestro Miguel Alejo López, hace una hermosa descripción de los antecedentes y nacimiento de esta ciudad, considerada por muchos como el Paraíso del Sur de Guanajuato, en su obra "Historia y Evolución de Salvatierra", ubicada por el Gobierno del estado en el año 2010. Les compartimos dicha obra.
Antecedentes de la fundación de la ciudad
A finales del siglo XVI", narra el investigador," los poblados indígenas de Guatzindeo y Chochones iban cada vez de más a menos, por la hostilidad constante de los propietarios de las haciendas, por carecer los indígenas de medios propios de vida, y por las enfermedades y epidemias sufridas estos los naturales, que vieron diezmada su población".
"Sin embargo, la intensificación rápida de la producción agrícola y el aumento de la población española y criolla, hacía cada vez más necesaria la fundación de una ciudad en el valle".
"Desde los primeros años del siglo XVII, los pobladores del valle por estar asentados en los linderos de tres jurisdicciones: Zelaya, Acámbaro y Yuririapúndaro, tenían que hacer tramitaciones y gestiones de índole civil o eclesiástica, según el caso, en alguna de éstas. Este problema hacía cada vez más imperiosa la necesidad de tener autoridades propias", explica.
"Al tiempo que, el hospitalillo y convento de Guatzindeo empezaba a quedarse solo, algunos de sus pobladores, criollos y españoles, se mudaron a Yuririapúndaro, y otros cruzaron el río para asentarse en el pueblo de Chochones por el año de 1615. Hubo al menos dos intentos serios para fundar una ciudad en valle. A finales del siglo XVI, los agricultores ricos habían intentado fundar una población en tierras pertenecientes a la hacienda de San Nicolás, los religiosos de la orden de San Agustín en un principio estuvieron de acuerdo y conformes con la iniciativa, pero todo quedó en nada, por el temor de éstos a sufrir pérdida de tierras para la fundación".
"El segundo intento fue para fundar en el sitio de Chochones y que luego ocupó la ciudad, una nueva población que llevaría por nombre Villa Madrid, para tal efecto, el 4 de diciembre de 1636, otorgaron un poder a favor de don Juan Martínez, procurador de la Real Audiencia para llevar a cabo tal empresa, obligándose los vecinos a pagar la cantidad de 2,500 pesos en oro común por cada uno de los oficios, sin embargo, las contradicciones que presentó don Pedro Arizmendi Gugorrón sobre las afectaciones que sufrirían sus tierras, obligó a la Real Audiencia a disponer su suspensión en tanto se resolvía el caso en definitiva", cita.
A partir de 1630 comenzó a trabajar en Guatzindeo como Escribano Real auxiliar del de Zelaya don Agustín de Carranza y Salcedo, quien congregó, alentó, e indujo a los pobladores a reunirse en el pueblo de San Andrés Chochones, para que construyeran allí sus casas y se prestaran mutuamente servicios de protección y buena vecindad.
"En ese año el alcalde mayor de Zelaya nombró a don Juan Izquierdo como teniente de alcalde mayor, para que lo representara en Guatzindeo y Chochones. Fue hasta el año de 1632 cuando los vecinos solicitaron al virrey autorización definitiva para congregarse en Chochones. Su ubicación más probable parece haber sido lo que hoy ocupan las manzanas que quedan al norte del actual convento de San Francisco hasta las que quedan al sur y oriente del templo de Santo Domingo".
"En estos antecedentes encontramos que de hecho existía ya una nueva población, faltaba la autorización real para su existencia legal, la regulación de su vida, y la imposición de un nombre, así como, independizarse de la jurisdicción de Zelaya en lo político y de Acámbaro en lo eclesiástico. Las tierras donde se estableció esta congregación eran de las mercedadas por los virreyes a don Gabriel López de Peralta, dueño de la hacienda de Tarimoro, perteneciente al mayorazgo del mismo nombre fundado por su padre don Gerónimo López de Peralta".
"Todo hace suponer que existió un completo acuerdo entre don Agustín de Carranza y Salcedo y don Gabriel López de Peralta, así como, el beneplácito del virrey de la Nueva España don García Sarmiento de Sotomayor, en el que cada uno tenía sus propios intereses muy particulares. Don Agustín de Carranza y Salcedo vería incrementarse su fortuna, ya que era pobre y de escasos recursos; don Gabriel López de Peralta estimaba que sus tierras podrían resultar beneficiadas con el asentamiento de una nueva ciudad, y buscar a través de ella el poder político; y el virrey, se ilusionó con la existencia de una ciudad que llevara su nombre y lo perpetuara. Fueron éstos los principales personajes que intervinieron en la fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra. Don Agustín de Carranza y Salcedo fue el principal gestor ante las autoridades del virreinato, don Gabriel López de Peralta proporcionó las tierras para la fundación, y el virrey Conde de Salvatierra y Marqués de Sobroso, décimo noveno virrey de la Nueva España, que firmó el título para la fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, el 9 de febrero de 1644", precisa.
"Don García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra y Marqués de Sobroso; nació en Galicia a finales del siglo XVI y murió en Lima, Perú en el año de 1659, fue el virrey número 19 la Nueva España del 23 de noviembre de 1643 al 13 de mayo de 1648, después fue trasladado al virreinato del Perú para desempeñar el mismo cargo de 1648 a 1655".
"En la Nueva España sustituyó al Marqués de Villena, de quien Felipe IV sospechaba podía tener vinculación con los revolucionarios portugueses, le tocó un periodo difícil en la vida de la Colonia. Durante su gobierno, ocurrió la gran inundación de la ciudad de México en 1645; estableció el presidio de Cerro Gordo en el camino de México al mineral de Parral; y se celebraron en su gestión, dos autos de fe del Santo Oficio de la Inquisición en 1647 y 1648".
"Don Gabriel López de Peralta nació en la ciudad de México en 1593 y murió en el año de 1647. Fue nieto de Gerónimo López de Peralta, el Viejo ó el Conquistador, quien había llegado con Cortés para tomar parte en la conquista de la capital Azteca, recibiendo merced de tierras por estos méritos. El padre de don Gabriel fue don Gerónimo López de Peralta, el Mozo, quien fundó el mayorazgo de Tarimoro, parte de estas tierras fueron las que don Gabriel ofreció a su Majestad para la fundación de Salvatierra a cambio de ser nombrado corregidor perpetuo de la nueva ciudad y escribano de cabildo, con todos los beneficios que los cargos implicaban".
"Don Agustín de Carranza y Salcedo nació en Valladolid al decir de unos, para otros, en Zelaya a finales del siglo XVI, hombre inteligente y culto, pero pobre, se desempeño como escribano público, primero en Guatzindeo y después en Chochones. Fue el principal gestor para la fundación de la ciudad, recibió el nombramiento de alguacil mayor en el primer Cabildo. En el año de 1660 fue desterrado de la ciudad por un grupo de vecinos afines a los López de Peralta y radicó en Pátzcuaro, volvió años después para morir en esta ciudad el 10 de agosto de 1688, fue sepultado en la capilla mayor del convento del Carmen como consta en el acta asentada en el libro de defunciones número uno del archivo parroquial franciscano: “En el año del Señor, de mil seiscientos ochenta y ocho en el día diez del mes de agosto".
"El alguacil Mayor Agustín de Carranza, hijo de Sebastián de Carranza y de María de Salcedo, viudo de Doña Cathalina de Carriero, en unión y comunión de la Santa Madre Iglesia, volvió su alma a Dios, cuyo cuerpo a los once días del mes de agosto fue sepultado en la iglesia de nuestra Señora del Carmen de esta ciudad, y se confesó sacramentalmente con el Padre Prior de dicho convento, Fray Alberto de la Madre de Dios a quien dejó ordenado testase por dicho Agustín de Carranza y recibió el Santísimo Sacramento eucarístico por Viático, el día veinticuatro del mes de julio, y el de la extremaunción a los seis días del mes de agosto. Fray Pedro de Aguirre. Rúbrica.”"
"Además de las voluntades de los anteriores personajes, una larga secuencia de hechos fueron conformando la creación de la ciudad: en 1635, se fundaron las cofradías del Santísimo Sacramento y la de Las Ánimas en el pueblo de Guatzindeo; se estableció el curato en febrero de 1643, con lo que alcanzaron los vecinos de Chochones la autonomía eclesiástica de Acámbaro; y la promulgación del la Real Cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642 en la que el rey Felipe IV, establecía las disposiciones para conceder títulos y privilegios a varias poblaciones, haciéndole notar al virrey, la conveniencia de otorgarlos como medio para obtener recursos económicos para la Corona".
"Con fundamento en lo anterior, el 1 de octubre de 1643 los vecinos otorgaron poderes para los oficios de Cabildo y se tasaron según la costumbre de la época. Dándole poder a don Agustín de Carranza y Salcedo para gestionar la fundación de la ciudad y se obligaron a avecindarse en ella. El 1 de octubre del mismo año, don Gabriel López de Peralta se dirigió al virrey ofreciéndole a su majestad, el rey, las tierras para dicha fundación, manifestándole lo siguiente: “que en el valle de Guatzindeo, Tarimoro y Chichimecas, de la jurisdicción de Zelaya, tiene cincuenta sitios de estancia para ganado mayor y diversas caballerías de tierra que le pertenecen a cada sitio, con el derecho de agua del Río Grande, zanjas, tomas y presas por merced, para el riego de dichas tierras de bienes de su mayorazgo, que fundaron el Thesorero Gerónimo López de Peralta y Doña Ana Carrillo de Peralta, sus padres; que por ser tan buen valle, temple y comodidades y por el uso del agua de riego y en tan buen distrito y cercanías de otras provincias de las más opulentas de esta Nueva España, valen dichos sitios, estancias y tierras, con las aguas que le pertenecen, con la saca y toma del Río Grande, que el suplicante hizo a su costa, ajusta común estimación 500,000.00, por ser tierras abundantes y fértiles de tan benévolo temperamento, así como para ganados como para labores, rindiendo copiosas y abundantes cosechas de trigo, maíz y otras semillas de que se abastece esta Ciudad y otras provincias reales de minas. . . . Y el suplicante, deseoso, como leal vasallo de su Majestad, del aumento de su real poder, continuando los servicios de sus padres y abuelos, quiero servirle con dicho sitio y tierras y dicha agua para que en aquel puesto, en el paraje que llaman San Andrés Chochones, donde están congregados hasta cuarenta vecinos españoles con sus mujeres, hijos, casas y familias, se funde una ciudad, que el suplicante y los fundadores, para que este debajo del amparo de su excelencia, se llame la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, pues se ha de fundar en el tiempo del dichoso gobierno de vuestra excelencia. . . . .”.
"El 17 de noviembre de aquel año se remitió a la capital del virreinato la información de oficio requerida para toda fundación, siendo ésta, confirmada por el virrey cinco días después".
Crónica de la fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra.
"Ambas solicitudes, la de don Gabriel López de Peralta ofreciendo tierras para la fundación, y la de don Agustín de Carranza y Salcedo promoviendo los poderes para los oficios y la fundación, fueron tramitadas conforme a las Ordenanzas Reales. Es de hacerse notar la diligencia que puso el virrey don García Sarmiento de Sotomayor en el asunto, obviando trámites y dilaciones. Con este interés, dio existencia legal a la nueva ciudad firmando el 9 de febrero de 1644 la Real Cédula, que a la letra dice":
“Don García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra, Marqués de Sobroso, Comendador de la Villa de Todos los Santos de Maymona, del ávito de Santiago, Gentil Hombre de la Cámara de su Majestad, su Virrey Lugarteniente, Gobernador y Capitán General de esta Nueva España y Presidente de la Audiencia y Cancillería Real que en ella reside, etc. Por cuanta el licenciado Don Melchor Gutiérrez de Torreblanca me ha dado a conocer su parecer el cual y por mí visto, conforme con el dicho parecer y en virtud de lo dispuesto por la Real Cédula dada en Cuenca a doze de Junio del año pasado de mil seiscientos y cuarenta y dos en que su Majestad se sirve de mandar de licencia para nuevas poblaciones en este Reino, para su mayor lustre y aumento, con consideración a las conveniencias, que se espera, resultarán de esta población a la causa pública, y a las que resultan por aumento de la Hacienda Real por las alcabalas y otros derechos que han de producir las contrataciones de los frutos y ganados, y que desde luego están ofrecidos veinte y cuatro mil y quinientos pesos por doze oficios de rexidores, y de alférez mayor. El de Provincial de la Hermandad; que como se contiene en el dicho parecer, inserto se obligó Agustín de Carranza y Salcedo a la satisfacción de ellos como fiador de las personas en quienes han de quedar los oficios, para pagarlos en tercias partes en tres despachos de flotas, las primeras que partiesen de este Reino para los de Castilla = Por el presente en nombre de su Majestad..."
"Existen contradicciones y diferencias sobre la fecha de fundación de la Ciudad de Salvatierra que han obscurecido este hecho histórico. En su obra Noticias para formar la historia y estadística del Obispado de Michoacán, el canónigo José Guadalupe Romero, en la página 506, afirma que la ciudad fue fundada el 1 de enero de 1643, a moción de un tal Andrés de Alderete, en las tierras que él mismo donó. Pedro Gonzáles en su libro Geografía Local del Estado de Guanajuato, 1904, en la página 166, toma los mismos datos del canónigo Romero", expresa el investigador.
"David A. Brading en su obra Haciendas y Ranchos del Bajío, León 1700-1860, de Ed. Grijalbo, en las páginas 54-55, hace lo mismo que los anteriores y vuelve a mencionar a Alderete, siendo que este personaje no figura en los documentos de la fundación, ni entre los propietarios o arrendatarios de tierras en el valle de Huatzindeo".
"Manuel Sánchez Valle en su Geografía del Estado de Guanajuato, de Ed. Herrero, 1953, en la página 167, consigna como fecha de fundación el 1 de abril de 1644. Peor aún la afirmación que hace Galindo y Villa en su obra Geografía de México, en la que establece como año de fundación 1647. Los historiadores salvaterrenses Vicente Ruiz Arias, Luis Castillo Pérez y Melchor Vera, coinciden en señalar como fecha de fundación de la ciudad, el 9 de febrero de 1644, lo mismo hace José Rogelio Álvarez en la Enciclopedia de México, en el tomo XI, pp. 500-518. primero oído una misa que se diga al Espíritu Santo, los cuales conozcan de las causas y negocios civiles y criminales que en la dicha Ciudad y cuatro leguas en contorno se ofrecieren y ocurriesen, así de oficio, como entre partes, las cuales señalo por su territorio y jurisdicción, sin perjuicio de tercero: con declaración de que a las poblaciones circunvecinas se ha de dejar su tierra y Distrito como más antiguas, y tanto menos de las cuatro leguas en lo que no alcanzaren, tenga de jurisdicción por aquella parte de dicha ciudad. Y en la administración de justicia procedan con intención de guardarla con igualdad a las partes: con que en las criminales no se pueda proceder a pena de muerte o efusión de sangre, y mutilación de miembro, sino que en tales casos conclusos las causas las remitan a la Real Sala del Crimen, quedando los presos a buen recaudo para que se obre en ello como determinaren".
"Y se advierte que los dichos Alcaldes Ordinarios no han de tener jurisdicción para con los indios, porque ha de tocar al corregidor que se nombrare y solo han de poder conocer de las causas tocantes a indios los dichos Alcaldes en prevención, prenderlos y recibir información, y sin proceder a más, remitir las causas al Corregidor. El cual y los dichos alcaldes y regidores, ante el Escribano de su Cabildo, puedan por término de treinta años primeros siguientes señalar a cada vecino dos solares para casa y jardín en la población, y fuera de ella dos suertes para huerta y otras dos para viña y olivar, y cuatro caballerías de tierra para labor, y para el riego de ellas, el agua necesaria de la del Río Grande o acequias, lo cual se entiende en perpetuidad, por merced que en nombre de su Majestad les hago de todo ello con que dentro de dos años edifiquen la casa y hagan vecindad de diez años continuos, que corran desde que se les haga el dicho repartimiento, y dentro de ellos se les prohíbe el poder vender y enajenar lo que se les repartiere, ni cosa de ello".
"Y con declaración de que han de asistir personalmente, sin hacer ausencia so pena que si la hicieren cuatro meses continuos, sin licencia escrita del Cabildo, Justicia y Regimiento, lo pierdan todo, y quede vaco para que lo puedan repartir a otros dos vecinos, que han de ser admitidos dentro de un año a lo más largo, dividiéndose en los dos la heredad de fuera de la población, aplicando la casa edificada al primer vecino enteramente, y al segundo darle solar en que la edifique, y si dentro de un año no se acomodare en esta forma, quede para su Majestad lo que quedó vaco".
"Y se advierte que la licencia para las ausencias la ha de dar la Justicia, Cabildo y Regimiento una vez sola y no más, y en caso que convenga darse dos veces, ha de pertenecer a los señores Virreyes, como también hacer merced de los dichos repartimientos de tierras, aguas y solares, después de pasados los treinta años, que se conceden a la Ciudad y a los que en este tiempo se hicieren de conformidad de la facultad que se concede, han de ser con calidad de llevar aprobación de Gobierno y lo mismo de las elecciones de Alcaldes que se hicieren en cada un año el día del año nuevo, como es costumbre en todas las Ciudades y Villas, que la han de tener dentro de treinta días, con atención a que los electos un año, no lo puedan ser el siguiente, y lo sean siempre los de más votos, y en caso de igualdad, vote el Corregidor, y en su ausencia el Alcalde Ordinario más antiguo, y esa esté por la parte a quien diere el voto; y señalo una legua de tierra de largo, y un cuarto de legua de ancho para ejidos del ganado menor y potrero con que esté cercado y sin perjuicio de tercero".
"Y así mismo concedo a dicha Ciudad dentro el ámbito de ella seis vecindades con lo a ellas perteneciente con título de propiedad y para propios de ellos y una cuadra de las calles que han de salir a la Plaza Principal, donde se hagan Casas Reales y bastantes y les pararán por entero perjuicio, como si en persona notificaran según derecho. Fecho en la Ciudad de México, a nueve días del mes de febrero de mil seiscientos y cuarenta y cuatro años. El Conde de Salvatierra. Por mandato de su Excelencia. Don Luis de Tovar Godínes.” (Rúbricas)
"El 31 de marzo, se presentó el Título de Fundación a don Lope de Monsalve y Armendáriz, Caballero de la Orden de Santiago y alcalde mayor de la villa de Zelaya, quien obedeciendo el Decreto mandó se guardara y se cumpliera, sacando los testimonios para los autos de Cabildo".
WAl día siguiente, 1 de abril, el Escribano Real don Felipe de Santiago, presentó la orden de fundación a don Juan Izquierdo quien fungía como teniente de alcalde mayor en la congregación de Chochones. Por primera vez se levantó un acta en la que aparece el nombre de la ciudad, en los términos siguientes: “En la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, Valle de Guatzindeo el primero día del mes de abril de mil y seiscientos y cuarenta y cuatro años, yo el presente Escribano de Cabildo hize notaría esta fundación, despachada por el Excelentísimo Señor Conde de Salvatierra, Virrey Lugarteniente de esta Nueva España, a Juan Izquierdo, vecino de esta dicha Ciudad, y Teniente, que ha sido de Alcalde Mayor de esta jurisdicción, el cual aviéndola visto, la obedeció con el respeto devido, y que se guarde, y cumpla lo que por su Exa. se manda y lo firmo, y para que ello conste se asentó por auto. Juan Izquierdo".
"Ante mí, Martín de Lucio, Negrete, Escribano de Cabildo.”
"Se procedió a su ejecución seguramente con un repique de campanas de la antigua capilla Franciscana y el insistente pregón acompañado de un tambor, según costumbre de la época para dar a conocer los asuntos de interés público, reuniéndose los vecinos en la plaza de la congregación ubicada entre el molino Gugorrón o de la Ciudad, y el templo Franciscano, pasando enseguida, a la capilla para celebrar el Santo Oficio de la Misa en acción de gracias al Espíritu Santo, oficiándola el primer párroco que tuvo el curato fray Diego Díaz, O.F.M., y la prédica del sermón estuvo a cargo de fray Agustín de la Madre de Dios, religioso de la orden de los Carmelitas Descalzos".
"Terminada la ceremonia religiosa los asistentes se reunieron en la casa de don Juan Izquierdo, ubicada en el sitio que hoy ocupa el convento Franciscano, para celebrar la primera sesión de Cabildo y se eligieron los alcaldes ordinarios. El primer Ayuntamiento se integró de la siguiente forma":
"Corregidor D. Gabriel López de Peralta
Alguacil Mayor D. Agustin de Carranza y Salcedo
Alcaldes Ordinarios D. Mateo de Aranda Paniagua y D. Juan Pérez Figueroa
Regidores D. Felipe Jiménez Larios, D. Hernando Luis de Saavedra, D. Cristóbal de Estrada, D. Rafael Bocanegra, D. Miguel de Piña Molina, D. Francisco Bravo de Lagunas, D. Cristóbal Daza
Depositario General D. Francisco Méndez Tovar
Escribano de cabildo D. Martín Lucio Negrete
Juez Mayor D. Juan Melgar
Escribano Público D. Antonio Guerra
Alférez Real D. Rafael de Hernández
Provincial de la Hermandad D. Baltasar López de Soria"
"Don Gabriel López de Peralta, al recibir el despacho de su nombramiento como corregidor, teniente de capitán general y renta de las Alcabalas, giró un oficio el 22 de febrero a don Gonzalo Tello de Sandoval, comisionado por el Ayuntamiento de la villa de Zelaya, para gestionar la composición de tierras de la nueva ciudad, así como las propias".
"El 29 de septiembre, el Cabildo de la ciudad comisionó al alcalde ordinario don Francisco Bravo de Lagunas para el repartimiento de solares, y el 15 de diciembre despachó una notificación al corregidor don Gabriel López de Peralta para que señalara los sitios que no fueron reconocidos.
El 17 de marzo de 1645, el primer juez comisionado por el superior gobierno del virreinato para establecer las medidas de la ciudad, don Juan Riquelme de Quiroz, contando con la asistencia de don Gerónimo de Escamilla y algunos miembros del Cabildo, colocaron la primera mojonera al oriente de la población, donde el canal de las Ardillas cruzaba las tierras de don Gabriel, a partir de allí, se delimitó la ciudad".
"Se señaló además, el sitio para la plaza Mayor que no debería ser menor de 200 pies de ancho por 300 de largo, ni mayor de 800 de largo por 300 de ancho, por ser las medidas recomendadas para las fiestas de a caballo y otras necesidades de la población. Sacaron a partir de allí las principales calles, de tal forma que continuara el crecimiento urbano. La planta se hizo conforme al Título de Ciudad según los ordenamientos decretados en San Lorenzo el 3 de Julio de 1573".
"El 8 de enero de 1646, el virrey Conde de Salvatierra, encomendó al fiscal don Pedro de Navia, Justicia Mayor y Juez de Comisión para todas las diligencias, el reparto de tierras y aguas y procediera al señalamiento de las cuatro leguas de jurisdicción de la nueva ciudad. El 19 de febrero del mismo año, ante don Lorenzo Vidal de Figueroa, escribano real, se procedió a amojonar hasta los señalamientos de las villas de Zelaya, Salamanca y el corregimiento de Cuitzeo, quedando con esto, determinada la jurisdicción territorial de la ciudad de San Andrés de Salvatierra".
"Dentro de este proceso hubo contradicciones juridiccionales entre el Cabildo de Zelaya y las nuevas autoridades de Salvatierra que dificultaron llevar a feliz término estas delimitaciones y el trabajo de don Pedro de Navia. Por lo que en mayo de 1646, el virrey, nombró al capitán don Francisco de Cevallos y Bustamante, corregidor de Cuitzeo de la Laguna, para que asumiera el cargo de justicia mayor de Salvatierra y acabara de dar asiento a la nueva población. Tampoco el corregidor Cevallos
tuvo éxito. En noviembre de 1652, el Almirante don Diego de Bracamontes, nuevo corregidor de Salvatierra, por comisión del virrey llevó a feliz término la empresa".
La vigencia de la cultura en Salvatierra: Pascual Zárate Avila
En entrevista, el historiador e investigador, maestro Pascual Zárate Ávila expresó que "la ciudad de Salvatierra es una población que recupera el valor de su fundación con una sorpresa de si misma, la admiración de sus habitantes al conocer su origen es mayor porque en la cultura actual la idea de ciudad es representada con ejemplos de urbes como León, Irapuato, Celaya, Salamanca y Guanajuato, cuya imagen de importancia reside en el gran número de edificios, instituciones, industrias, universidades, hospitales, casas, avenidas, tecnología, parques temáticos y comunicaciones."
"Y ante la analogía de tener el mismo concepto de ciudad, con la primicia de haber sido en la historia del estado de Guanajuato la primera población con el título reconocido por la corona española como ciudad, la reflexión nos lleva a ponderar las ventajas culturales que la hicieron surgir con ese título de primera fundación de ciudad novohispana de Guanajuato", puntualizó.
"La pregunta por el surgimiento insólito de San Andrés de Salvatierra como ciudad está presente en libros como "El Fénix del Amor" del salvaterrense, que fue el primero de sus nacidos en la urbe novohispana en obtener el grado de Doctor en Teología por la Real y Pontificia Universidad de México en 1754", indicó.
Salvatierra, apegada a la descripción del Paraíso.
El maestro Zárate Ávila señala que "el Dr. Francisco Agustín Esquivel y Vargas escribe una explicación Teológica, dice que la región ecológica responde correctamente a la descripción del Paraíso: es fértil, tiene corrientes de agua en sus canales, buen clima, el viento siempre es suave y hay abundancia de peces en el río Grande y aves en sus campos".
"El paisaje privilegiado motivó al virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, a darle el título de ciudad de españoles".
"Una explicación histórica de nuestro tiempo es la que podemos apuntar como las razones de su fundación. Una de las causas del título era la política virreinal de Felipe IV de impulsar la consolidación del imperio español con la fundación de ciudades y también obtener más ingresos para la Corona, así que la población que quisiera para obtener el título debía tener la economía que permitiera pagar los impuestos para tener los beneficios políticos de autonomía en sus decisiones políticas mediante la delegación de las potestades de las facultades del Rey al Cabildo de la ciudad".
"La economía en la región de la actual ciudad de Salvatierra era pujante en las primera décadas del sigo XVII, se vivía en ella el comienzo de la industrialización automática mediante el empleo de canales para producir energía de las caídas de agua que transformara los granos de trigo en harina, formando un sistema de riego para los cultivos del valle, así como la mejoría de la salubridad pública con las cañerías subterráneas de aguas negras que limpiaban los desechos domésticos".
"Además, influyó la llegada, mediante la influencia de Celaya, del pensamiento cultural renacentista español creado por la religión de santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, que con su forma de entender la vida en oración y trabajo, clamaba por construir espacios urbanos donde fuera propicio orar y trabajar", manifestó.
"Ambos factores son los argumentos redactados el Acta de Fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra que justifican la decisión del virrey García Sarmiento Sotomayor para otorgar el título de ciudad con las mismas prerrogativas políticas de autonomía dadas a la Ciudad de Puebla de los Ángeles".
"Lo sorprendente para los habitantes de la ciudad es que siguen vigentes los mismos factores que fueron una histórica innovación tecnológica para la fundación y que siguen impulsando la vida comunitaria y productiva de la Salvatierra, con el reconocimiento de su valor patrimonial de conservación de los saberes construidos en 375 años de historia", finalizó.
Este sábado 9 de febrero, la ciudad de Salvatierra cumple 375 años de haber sido fundada.
SALVATIERRA, GTO.- Hace 375 años exactamente, la ciudad de Salvatierra era erigida como ciudad por el 19o. Virrey de la Nueva España. El maestro Miguel Alejo López, hace una hermosa descripción de los antecedentes y nacimiento de esta ciudad, considerada por muchos como el Paraíso del Sur de Guanajuato, en su obra "Historia y Evolución de Salvatierra", ubicada por el Gobierno del estado en el año 2010. Les compartimos dicha obra.
En este sitio, en 1644, nació la ciudad de Salvatierra. Actual sacristía del Templo de San Antonio |
Antecedentes de la fundación de la ciudad
A finales del siglo XVI", narra el investigador," los poblados indígenas de Guatzindeo y Chochones iban cada vez de más a menos, por la hostilidad constante de los propietarios de las haciendas, por carecer los indígenas de medios propios de vida, y por las enfermedades y epidemias sufridas estos los naturales, que vieron diezmada su población".
"Sin embargo, la intensificación rápida de la producción agrícola y el aumento de la población española y criolla, hacía cada vez más necesaria la fundación de una ciudad en el valle".
"Desde los primeros años del siglo XVII, los pobladores del valle por estar asentados en los linderos de tres jurisdicciones: Zelaya, Acámbaro y Yuririapúndaro, tenían que hacer tramitaciones y gestiones de índole civil o eclesiástica, según el caso, en alguna de éstas. Este problema hacía cada vez más imperiosa la necesidad de tener autoridades propias", explica.
"Al tiempo que, el hospitalillo y convento de Guatzindeo empezaba a quedarse solo, algunos de sus pobladores, criollos y españoles, se mudaron a Yuririapúndaro, y otros cruzaron el río para asentarse en el pueblo de Chochones por el año de 1615. Hubo al menos dos intentos serios para fundar una ciudad en valle. A finales del siglo XVI, los agricultores ricos habían intentado fundar una población en tierras pertenecientes a la hacienda de San Nicolás, los religiosos de la orden de San Agustín en un principio estuvieron de acuerdo y conformes con la iniciativa, pero todo quedó en nada, por el temor de éstos a sufrir pérdida de tierras para la fundación".
"El segundo intento fue para fundar en el sitio de Chochones y que luego ocupó la ciudad, una nueva población que llevaría por nombre Villa Madrid, para tal efecto, el 4 de diciembre de 1636, otorgaron un poder a favor de don Juan Martínez, procurador de la Real Audiencia para llevar a cabo tal empresa, obligándose los vecinos a pagar la cantidad de 2,500 pesos en oro común por cada uno de los oficios, sin embargo, las contradicciones que presentó don Pedro Arizmendi Gugorrón sobre las afectaciones que sufrirían sus tierras, obligó a la Real Audiencia a disponer su suspensión en tanto se resolvía el caso en definitiva", cita.
A partir de 1630 comenzó a trabajar en Guatzindeo como Escribano Real auxiliar del de Zelaya don Agustín de Carranza y Salcedo, quien congregó, alentó, e indujo a los pobladores a reunirse en el pueblo de San Andrés Chochones, para que construyeran allí sus casas y se prestaran mutuamente servicios de protección y buena vecindad.
"En ese año el alcalde mayor de Zelaya nombró a don Juan Izquierdo como teniente de alcalde mayor, para que lo representara en Guatzindeo y Chochones. Fue hasta el año de 1632 cuando los vecinos solicitaron al virrey autorización definitiva para congregarse en Chochones. Su ubicación más probable parece haber sido lo que hoy ocupan las manzanas que quedan al norte del actual convento de San Francisco hasta las que quedan al sur y oriente del templo de Santo Domingo".
"En estos antecedentes encontramos que de hecho existía ya una nueva población, faltaba la autorización real para su existencia legal, la regulación de su vida, y la imposición de un nombre, así como, independizarse de la jurisdicción de Zelaya en lo político y de Acámbaro en lo eclesiástico. Las tierras donde se estableció esta congregación eran de las mercedadas por los virreyes a don Gabriel López de Peralta, dueño de la hacienda de Tarimoro, perteneciente al mayorazgo del mismo nombre fundado por su padre don Gerónimo López de Peralta".
"Todo hace suponer que existió un completo acuerdo entre don Agustín de Carranza y Salcedo y don Gabriel López de Peralta, así como, el beneplácito del virrey de la Nueva España don García Sarmiento de Sotomayor, en el que cada uno tenía sus propios intereses muy particulares. Don Agustín de Carranza y Salcedo vería incrementarse su fortuna, ya que era pobre y de escasos recursos; don Gabriel López de Peralta estimaba que sus tierras podrían resultar beneficiadas con el asentamiento de una nueva ciudad, y buscar a través de ella el poder político; y el virrey, se ilusionó con la existencia de una ciudad que llevara su nombre y lo perpetuara. Fueron éstos los principales personajes que intervinieron en la fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra. Don Agustín de Carranza y Salcedo fue el principal gestor ante las autoridades del virreinato, don Gabriel López de Peralta proporcionó las tierras para la fundación, y el virrey Conde de Salvatierra y Marqués de Sobroso, décimo noveno virrey de la Nueva España, que firmó el título para la fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, el 9 de febrero de 1644", precisa.
"Don García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra y Marqués de Sobroso; nació en Galicia a finales del siglo XVI y murió en Lima, Perú en el año de 1659, fue el virrey número 19 la Nueva España del 23 de noviembre de 1643 al 13 de mayo de 1648, después fue trasladado al virreinato del Perú para desempeñar el mismo cargo de 1648 a 1655".
Don García Sarmiento, Virrey de la Nueva España. |
"Don Gabriel López de Peralta nació en la ciudad de México en 1593 y murió en el año de 1647. Fue nieto de Gerónimo López de Peralta, el Viejo ó el Conquistador, quien había llegado con Cortés para tomar parte en la conquista de la capital Azteca, recibiendo merced de tierras por estos méritos. El padre de don Gabriel fue don Gerónimo López de Peralta, el Mozo, quien fundó el mayorazgo de Tarimoro, parte de estas tierras fueron las que don Gabriel ofreció a su Majestad para la fundación de Salvatierra a cambio de ser nombrado corregidor perpetuo de la nueva ciudad y escribano de cabildo, con todos los beneficios que los cargos implicaban".
"Don Agustín de Carranza y Salcedo nació en Valladolid al decir de unos, para otros, en Zelaya a finales del siglo XVI, hombre inteligente y culto, pero pobre, se desempeño como escribano público, primero en Guatzindeo y después en Chochones. Fue el principal gestor para la fundación de la ciudad, recibió el nombramiento de alguacil mayor en el primer Cabildo. En el año de 1660 fue desterrado de la ciudad por un grupo de vecinos afines a los López de Peralta y radicó en Pátzcuaro, volvió años después para morir en esta ciudad el 10 de agosto de 1688, fue sepultado en la capilla mayor del convento del Carmen como consta en el acta asentada en el libro de defunciones número uno del archivo parroquial franciscano: “En el año del Señor, de mil seiscientos ochenta y ocho en el día diez del mes de agosto".
"El alguacil Mayor Agustín de Carranza, hijo de Sebastián de Carranza y de María de Salcedo, viudo de Doña Cathalina de Carriero, en unión y comunión de la Santa Madre Iglesia, volvió su alma a Dios, cuyo cuerpo a los once días del mes de agosto fue sepultado en la iglesia de nuestra Señora del Carmen de esta ciudad, y se confesó sacramentalmente con el Padre Prior de dicho convento, Fray Alberto de la Madre de Dios a quien dejó ordenado testase por dicho Agustín de Carranza y recibió el Santísimo Sacramento eucarístico por Viático, el día veinticuatro del mes de julio, y el de la extremaunción a los seis días del mes de agosto. Fray Pedro de Aguirre. Rúbrica.”"
Placa alusiva a la Fundación de la Ciudad de Salvatierra. |
"Además de las voluntades de los anteriores personajes, una larga secuencia de hechos fueron conformando la creación de la ciudad: en 1635, se fundaron las cofradías del Santísimo Sacramento y la de Las Ánimas en el pueblo de Guatzindeo; se estableció el curato en febrero de 1643, con lo que alcanzaron los vecinos de Chochones la autonomía eclesiástica de Acámbaro; y la promulgación del la Real Cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642 en la que el rey Felipe IV, establecía las disposiciones para conceder títulos y privilegios a varias poblaciones, haciéndole notar al virrey, la conveniencia de otorgarlos como medio para obtener recursos económicos para la Corona".
"Con fundamento en lo anterior, el 1 de octubre de 1643 los vecinos otorgaron poderes para los oficios de Cabildo y se tasaron según la costumbre de la época. Dándole poder a don Agustín de Carranza y Salcedo para gestionar la fundación de la ciudad y se obligaron a avecindarse en ella. El 1 de octubre del mismo año, don Gabriel López de Peralta se dirigió al virrey ofreciéndole a su majestad, el rey, las tierras para dicha fundación, manifestándole lo siguiente: “que en el valle de Guatzindeo, Tarimoro y Chichimecas, de la jurisdicción de Zelaya, tiene cincuenta sitios de estancia para ganado mayor y diversas caballerías de tierra que le pertenecen a cada sitio, con el derecho de agua del Río Grande, zanjas, tomas y presas por merced, para el riego de dichas tierras de bienes de su mayorazgo, que fundaron el Thesorero Gerónimo López de Peralta y Doña Ana Carrillo de Peralta, sus padres; que por ser tan buen valle, temple y comodidades y por el uso del agua de riego y en tan buen distrito y cercanías de otras provincias de las más opulentas de esta Nueva España, valen dichos sitios, estancias y tierras, con las aguas que le pertenecen, con la saca y toma del Río Grande, que el suplicante hizo a su costa, ajusta común estimación 500,000.00, por ser tierras abundantes y fértiles de tan benévolo temperamento, así como para ganados como para labores, rindiendo copiosas y abundantes cosechas de trigo, maíz y otras semillas de que se abastece esta Ciudad y otras provincias reales de minas. . . . Y el suplicante, deseoso, como leal vasallo de su Majestad, del aumento de su real poder, continuando los servicios de sus padres y abuelos, quiero servirle con dicho sitio y tierras y dicha agua para que en aquel puesto, en el paraje que llaman San Andrés Chochones, donde están congregados hasta cuarenta vecinos españoles con sus mujeres, hijos, casas y familias, se funde una ciudad, que el suplicante y los fundadores, para que este debajo del amparo de su excelencia, se llame la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, pues se ha de fundar en el tiempo del dichoso gobierno de vuestra excelencia. . . . .”.
"El 17 de noviembre de aquel año se remitió a la capital del virreinato la información de oficio requerida para toda fundación, siendo ésta, confirmada por el virrey cinco días después".
Crónica de la fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra.
"Ambas solicitudes, la de don Gabriel López de Peralta ofreciendo tierras para la fundación, y la de don Agustín de Carranza y Salcedo promoviendo los poderes para los oficios y la fundación, fueron tramitadas conforme a las Ordenanzas Reales. Es de hacerse notar la diligencia que puso el virrey don García Sarmiento de Sotomayor en el asunto, obviando trámites y dilaciones. Con este interés, dio existencia legal a la nueva ciudad firmando el 9 de febrero de 1644 la Real Cédula, que a la letra dice":
Capilla de la Fundación, actual sacristía del Templo de San Antonio. |
"Existen contradicciones y diferencias sobre la fecha de fundación de la Ciudad de Salvatierra que han obscurecido este hecho histórico. En su obra Noticias para formar la historia y estadística del Obispado de Michoacán, el canónigo José Guadalupe Romero, en la página 506, afirma que la ciudad fue fundada el 1 de enero de 1643, a moción de un tal Andrés de Alderete, en las tierras que él mismo donó. Pedro Gonzáles en su libro Geografía Local del Estado de Guanajuato, 1904, en la página 166, toma los mismos datos del canónigo Romero", expresa el investigador.
"David A. Brading en su obra Haciendas y Ranchos del Bajío, León 1700-1860, de Ed. Grijalbo, en las páginas 54-55, hace lo mismo que los anteriores y vuelve a mencionar a Alderete, siendo que este personaje no figura en los documentos de la fundación, ni entre los propietarios o arrendatarios de tierras en el valle de Huatzindeo".
"Manuel Sánchez Valle en su Geografía del Estado de Guanajuato, de Ed. Herrero, 1953, en la página 167, consigna como fecha de fundación el 1 de abril de 1644. Peor aún la afirmación que hace Galindo y Villa en su obra Geografía de México, en la que establece como año de fundación 1647. Los historiadores salvaterrenses Vicente Ruiz Arias, Luis Castillo Pérez y Melchor Vera, coinciden en señalar como fecha de fundación de la ciudad, el 9 de febrero de 1644, lo mismo hace José Rogelio Álvarez en la Enciclopedia de México, en el tomo XI, pp. 500-518. primero oído una misa que se diga al Espíritu Santo, los cuales conozcan de las causas y negocios civiles y criminales que en la dicha Ciudad y cuatro leguas en contorno se ofrecieren y ocurriesen, así de oficio, como entre partes, las cuales señalo por su territorio y jurisdicción, sin perjuicio de tercero: con declaración de que a las poblaciones circunvecinas se ha de dejar su tierra y Distrito como más antiguas, y tanto menos de las cuatro leguas en lo que no alcanzaren, tenga de jurisdicción por aquella parte de dicha ciudad. Y en la administración de justicia procedan con intención de guardarla con igualdad a las partes: con que en las criminales no se pueda proceder a pena de muerte o efusión de sangre, y mutilación de miembro, sino que en tales casos conclusos las causas las remitan a la Real Sala del Crimen, quedando los presos a buen recaudo para que se obre en ello como determinaren".
Puerta de acceso al Templo de San Antonio |
"Y se advierte que los dichos Alcaldes Ordinarios no han de tener jurisdicción para con los indios, porque ha de tocar al corregidor que se nombrare y solo han de poder conocer de las causas tocantes a indios los dichos Alcaldes en prevención, prenderlos y recibir información, y sin proceder a más, remitir las causas al Corregidor. El cual y los dichos alcaldes y regidores, ante el Escribano de su Cabildo, puedan por término de treinta años primeros siguientes señalar a cada vecino dos solares para casa y jardín en la población, y fuera de ella dos suertes para huerta y otras dos para viña y olivar, y cuatro caballerías de tierra para labor, y para el riego de ellas, el agua necesaria de la del Río Grande o acequias, lo cual se entiende en perpetuidad, por merced que en nombre de su Majestad les hago de todo ello con que dentro de dos años edifiquen la casa y hagan vecindad de diez años continuos, que corran desde que se les haga el dicho repartimiento, y dentro de ellos se les prohíbe el poder vender y enajenar lo que se les repartiere, ni cosa de ello".
"Y con declaración de que han de asistir personalmente, sin hacer ausencia so pena que si la hicieren cuatro meses continuos, sin licencia escrita del Cabildo, Justicia y Regimiento, lo pierdan todo, y quede vaco para que lo puedan repartir a otros dos vecinos, que han de ser admitidos dentro de un año a lo más largo, dividiéndose en los dos la heredad de fuera de la población, aplicando la casa edificada al primer vecino enteramente, y al segundo darle solar en que la edifique, y si dentro de un año no se acomodare en esta forma, quede para su Majestad lo que quedó vaco".
"Y se advierte que la licencia para las ausencias la ha de dar la Justicia, Cabildo y Regimiento una vez sola y no más, y en caso que convenga darse dos veces, ha de pertenecer a los señores Virreyes, como también hacer merced de los dichos repartimientos de tierras, aguas y solares, después de pasados los treinta años, que se conceden a la Ciudad y a los que en este tiempo se hicieren de conformidad de la facultad que se concede, han de ser con calidad de llevar aprobación de Gobierno y lo mismo de las elecciones de Alcaldes que se hicieren en cada un año el día del año nuevo, como es costumbre en todas las Ciudades y Villas, que la han de tener dentro de treinta días, con atención a que los electos un año, no lo puedan ser el siguiente, y lo sean siempre los de más votos, y en caso de igualdad, vote el Corregidor, y en su ausencia el Alcalde Ordinario más antiguo, y esa esté por la parte a quien diere el voto; y señalo una legua de tierra de largo, y un cuarto de legua de ancho para ejidos del ganado menor y potrero con que esté cercado y sin perjuicio de tercero".
"Y así mismo concedo a dicha Ciudad dentro el ámbito de ella seis vecindades con lo a ellas perteneciente con título de propiedad y para propios de ellos y una cuadra de las calles que han de salir a la Plaza Principal, donde se hagan Casas Reales y bastantes y les pararán por entero perjuicio, como si en persona notificaran según derecho. Fecho en la Ciudad de México, a nueve días del mes de febrero de mil seiscientos y cuarenta y cuatro años. El Conde de Salvatierra. Por mandato de su Excelencia. Don Luis de Tovar Godínes.” (Rúbricas)
"El 31 de marzo, se presentó el Título de Fundación a don Lope de Monsalve y Armendáriz, Caballero de la Orden de Santiago y alcalde mayor de la villa de Zelaya, quien obedeciendo el Decreto mandó se guardara y se cumpliera, sacando los testimonios para los autos de Cabildo".
WAl día siguiente, 1 de abril, el Escribano Real don Felipe de Santiago, presentó la orden de fundación a don Juan Izquierdo quien fungía como teniente de alcalde mayor en la congregación de Chochones. Por primera vez se levantó un acta en la que aparece el nombre de la ciudad, en los términos siguientes: “En la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, Valle de Guatzindeo el primero día del mes de abril de mil y seiscientos y cuarenta y cuatro años, yo el presente Escribano de Cabildo hize notaría esta fundación, despachada por el Excelentísimo Señor Conde de Salvatierra, Virrey Lugarteniente de esta Nueva España, a Juan Izquierdo, vecino de esta dicha Ciudad, y Teniente, que ha sido de Alcalde Mayor de esta jurisdicción, el cual aviéndola visto, la obedeció con el respeto devido, y que se guarde, y cumpla lo que por su Exa. se manda y lo firmo, y para que ello conste se asentó por auto. Juan Izquierdo".
"Ante mí, Martín de Lucio, Negrete, Escribano de Cabildo.”
Convento de San Francisco, en Salvatierra. |
"Terminada la ceremonia religiosa los asistentes se reunieron en la casa de don Juan Izquierdo, ubicada en el sitio que hoy ocupa el convento Franciscano, para celebrar la primera sesión de Cabildo y se eligieron los alcaldes ordinarios. El primer Ayuntamiento se integró de la siguiente forma":
"Corregidor D. Gabriel López de Peralta
Alguacil Mayor D. Agustin de Carranza y Salcedo
Alcaldes Ordinarios D. Mateo de Aranda Paniagua y D. Juan Pérez Figueroa
Regidores D. Felipe Jiménez Larios, D. Hernando Luis de Saavedra, D. Cristóbal de Estrada, D. Rafael Bocanegra, D. Miguel de Piña Molina, D. Francisco Bravo de Lagunas, D. Cristóbal Daza
Depositario General D. Francisco Méndez Tovar
Escribano de cabildo D. Martín Lucio Negrete
Juez Mayor D. Juan Melgar
Escribano Público D. Antonio Guerra
Alférez Real D. Rafael de Hernández
Provincial de la Hermandad D. Baltasar López de Soria"
"Don Gabriel López de Peralta, al recibir el despacho de su nombramiento como corregidor, teniente de capitán general y renta de las Alcabalas, giró un oficio el 22 de febrero a don Gonzalo Tello de Sandoval, comisionado por el Ayuntamiento de la villa de Zelaya, para gestionar la composición de tierras de la nueva ciudad, así como las propias".
"El 29 de septiembre, el Cabildo de la ciudad comisionó al alcalde ordinario don Francisco Bravo de Lagunas para el repartimiento de solares, y el 15 de diciembre despachó una notificación al corregidor don Gabriel López de Peralta para que señalara los sitios que no fueron reconocidos.
El 17 de marzo de 1645, el primer juez comisionado por el superior gobierno del virreinato para establecer las medidas de la ciudad, don Juan Riquelme de Quiroz, contando con la asistencia de don Gerónimo de Escamilla y algunos miembros del Cabildo, colocaron la primera mojonera al oriente de la población, donde el canal de las Ardillas cruzaba las tierras de don Gabriel, a partir de allí, se delimitó la ciudad".
Templo de San Francisco, en Salvatierra |
"El 8 de enero de 1646, el virrey Conde de Salvatierra, encomendó al fiscal don Pedro de Navia, Justicia Mayor y Juez de Comisión para todas las diligencias, el reparto de tierras y aguas y procediera al señalamiento de las cuatro leguas de jurisdicción de la nueva ciudad. El 19 de febrero del mismo año, ante don Lorenzo Vidal de Figueroa, escribano real, se procedió a amojonar hasta los señalamientos de las villas de Zelaya, Salamanca y el corregimiento de Cuitzeo, quedando con esto, determinada la jurisdicción territorial de la ciudad de San Andrés de Salvatierra".
"Dentro de este proceso hubo contradicciones juridiccionales entre el Cabildo de Zelaya y las nuevas autoridades de Salvatierra que dificultaron llevar a feliz término estas delimitaciones y el trabajo de don Pedro de Navia. Por lo que en mayo de 1646, el virrey, nombró al capitán don Francisco de Cevallos y Bustamante, corregidor de Cuitzeo de la Laguna, para que asumiera el cargo de justicia mayor de Salvatierra y acabara de dar asiento a la nueva población. Tampoco el corregidor Cevallos
tuvo éxito. En noviembre de 1652, el Almirante don Diego de Bracamontes, nuevo corregidor de Salvatierra, por comisión del virrey llevó a feliz término la empresa".
La vigencia de la cultura en Salvatierra: Pascual Zárate Avila
En entrevista, el historiador e investigador, maestro Pascual Zárate Ávila expresó que "la ciudad de Salvatierra es una población que recupera el valor de su fundación con una sorpresa de si misma, la admiración de sus habitantes al conocer su origen es mayor porque en la cultura actual la idea de ciudad es representada con ejemplos de urbes como León, Irapuato, Celaya, Salamanca y Guanajuato, cuya imagen de importancia reside en el gran número de edificios, instituciones, industrias, universidades, hospitales, casas, avenidas, tecnología, parques temáticos y comunicaciones."
Maestro Pascual Zárate Ávila |
"La pregunta por el surgimiento insólito de San Andrés de Salvatierra como ciudad está presente en libros como "El Fénix del Amor" del salvaterrense, que fue el primero de sus nacidos en la urbe novohispana en obtener el grado de Doctor en Teología por la Real y Pontificia Universidad de México en 1754", indicó.
Salvatierra, apegada a la descripción del Paraíso.
El maestro Zárate Ávila señala que "el Dr. Francisco Agustín Esquivel y Vargas escribe una explicación Teológica, dice que la región ecológica responde correctamente a la descripción del Paraíso: es fértil, tiene corrientes de agua en sus canales, buen clima, el viento siempre es suave y hay abundancia de peces en el río Grande y aves en sus campos".
"El paisaje privilegiado motivó al virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, a darle el título de ciudad de españoles".
"Una explicación histórica de nuestro tiempo es la que podemos apuntar como las razones de su fundación. Una de las causas del título era la política virreinal de Felipe IV de impulsar la consolidación del imperio español con la fundación de ciudades y también obtener más ingresos para la Corona, así que la población que quisiera para obtener el título debía tener la economía que permitiera pagar los impuestos para tener los beneficios políticos de autonomía en sus decisiones políticas mediante la delegación de las potestades de las facultades del Rey al Cabildo de la ciudad".
"La economía en la región de la actual ciudad de Salvatierra era pujante en las primera décadas del sigo XVII, se vivía en ella el comienzo de la industrialización automática mediante el empleo de canales para producir energía de las caídas de agua que transformara los granos de trigo en harina, formando un sistema de riego para los cultivos del valle, así como la mejoría de la salubridad pública con las cañerías subterráneas de aguas negras que limpiaban los desechos domésticos".
"Además, influyó la llegada, mediante la influencia de Celaya, del pensamiento cultural renacentista español creado por la religión de santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, que con su forma de entender la vida en oración y trabajo, clamaba por construir espacios urbanos donde fuera propicio orar y trabajar", manifestó.
"Ambos factores son los argumentos redactados el Acta de Fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra que justifican la decisión del virrey García Sarmiento Sotomayor para otorgar el título de ciudad con las mismas prerrogativas políticas de autonomía dadas a la Ciudad de Puebla de los Ángeles".
"Lo sorprendente para los habitantes de la ciudad es que siguen vigentes los mismos factores que fueron una histórica innovación tecnológica para la fundación y que siguen impulsando la vida comunitaria y productiva de la Salvatierra, con el reconocimiento de su valor patrimonial de conservación de los saberes construidos en 375 años de historia", finalizó.
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