La cruz del resucitado y la resurrección del crucificado
El miércoles 14 de septiembre los franciscanos se han dirigido en procesión hacia el Santo Sepulcro para festejar la Exaltación de la Santa Cruz.
La misa, celebrada en el Calvario, ha estado presidida por fray Dobromir Jasztal, vicario custodial. El fraile franciscano ha empezado su homilía con estas palabras: «La fiesta del 14 de septiembre se conoce como “exaltación de la cruz” porque celebra el aspecto apasionante y victorioso de la cruz, sin olvidar su significado desgarrador. Ello es fruto de la tradición de la Iglesia, que subraya los distintos aspectos del misterio de la salvación». De hecho, según el fraile, a partir del s. IV la alegría de haber encontrado la cruz de Cristo incitó a los creyentes a representarla como un signo de victoria.
Fray Dobromir precisó después: «Representar la cruz no es una devoción sentimental, sino la traducción de las palabras de Jesús cuando, hablando de su cruz, afirma: “Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí» (cfr. Jn 12,32)».
Para venerar la cruz y vivir su misterio en el día a día –ha subrayado el vicario custodial- el creyente debe aprender a contemplar la representación dolorosa de la cruz, pero también su aspecto victorioso. «Veneramos la cruz del resucitado con todas sus heridas y contemplamos la resurrección del crucificado con toda su luz y su victoria sobre el mal y sobre nuestros sufrimientos».
La reliquia de la santa Cruz, llevada en procesión hasta el altar de la Aparición, pasando por delante del Edículo en restauración, ha sido venerada por los peregrinos y fieles presentes.
N.H.
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